Sin echar el laurel en la olla
7 de Janeiro de 2016, 21:20Por LUIS TOLEDO SANDE
Sin restar importancia a las dos guerras llamadas mundiales, ni a la liberación de naciones como China y Vietnam –esta, además, con la ejemplar victoria sobre la invasión estadounidense en su haber–, del siglo XX cabe destacar cuatro procesos revolucionarios diversos: en orden cronológico, la Revolución Mexicana, la Revolución de Octubre, la Segunda República Española y la Revolución Cubana. Tres de ellos se ubican en ámbitos de la lengua española, hecho contrastante con el escaso prestigio que suele concederse a las ciencias sociales expresadas en ese idioma.
Pero ese ángulo, de interés y merecedor de atención frente a expresiones de colonialismo fomentadas desde otras áreas culturales, requeriría un análisis particular. El presente artículo apenas bordea el significado de la Revolución Cubana desde su fragua y su llegada al poder, y en su existencia hasta hoy. Haberla ubicado en el conjunto de procesos aludidos mueve a rozar por lo menos algunos rasgos de los tres que la acompañan en el esbozo.
La Revolución Mexicana, cuyo carácter pionero en aquel siglo no parece tenerse tan en cuenta como sería justo, fue un paso de avance en la transformación de un país de nuestra América frente a la herencia feudal que le llegó de su formación como colonia. La importancia de esa Revolución no debe ocultarla ningún estancamiento sufrido con el tiempo y al influjo de los forcejeos clasistas y presiones externas, lo que se dice sin afán de agotar el tema.
La de Octubre no se limitó a “diez días que estremecieron el mundo”: sumó décadas de una siembra emancipadora que incluyó tanto liberar a Rusia y sus colonias del zarismo como propiciar el nacimiento de varias naciones marcadas por aspiraciones socialistas. Generó, en fin, valiosas transformaciones internas y un baluarte para la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de grandezas tales, deficiencias y males internos contrarios al socialismo le impidieron llegar viva a los finales de la centuria en que tantos logros cosechó y nutrió tantas esperanzas, aunque haya interesados en negar unos y otras. Las causas del desmontaje antisocialista de los frutos de esa Revolución, incluida la propia Unión Soviética, deben seguir estudiándose. Ninguna precaución será ociosa para que errores y aberraciones como los allí entronizados no se reproduzcan y den al traste con otros proyectos justicieros.
Burocráticamente declarada irreversible por decretos que pretendían blindar el socialismo desde oficinas, la realidad que se logró construir en el camino abierto por aquel extraordinario Octubre fue demolida. Además de ser una tragedia en sí, ello ha dado asideros para negar legitimidad y valor a todo empeño revolucionario.
Esa tendencia dolosa se aprecia en análisis distorsionadores del pasado y el presente de la humanidad, aunque se trate de un afán democrático tradicional como la Segunda República Española, derrotada por una implacable alianza internacional de la reacción fascista, sin descontar los que puedan haber sido errores en su sostenimiento y su defensa.
Contra la dignidad de ese ensayo fundador –en cuyas filas se vertió sangre cubana– se lanzan hoy perros de la propaganda capitalista, en complicidad con la herencia del fascismo que nutrió en España el denominado Bando Nacional. Este, artífice del levantamiento anticonstitucional y terrorista contra la República, enlutó el país durante décadas y finalmente preparó la sucesión monárquica, sobre la cual se fabricó una transacción “democrática” enfilada a silenciar el pensamiento de izquierda y sepultar las aspiraciones republicanas. El sometimiento a la OTAN no es casual.
Secuelas de un desmontaje
Volviendo a los afanes socialistas, se debe recordar que alguien tan objetivo, de pensamiento científico y de honradez militante al servicio del socialismo como Vladimir Ilich Lenin, sostuvo la inviabilidad de la plena construcción de un proyecto de esa índole en un país aislado. Sobran razones para entender las vicisitudes con que ha tenido que vérselas el experimento cubano.
Pero ese experimento lo puso en práctica una Revolución que triunfó el 1° de enero de 1959 y viene, por largo camino, de sus propias raíces, desde antes de 1868, con su propio Octubre vivido en ese año. Eso le ha permitido relacionarse con el mundo sin dejar de ser ella, y no solo llegar viva al siglo XXI: continúa su marcha, su pujanza, con el deber de fortalecerse, y enfrentando desafíos colosales, ya abiertos o enmascarados.
Entre los obstáculos que la rodean está la propaganda lanzada mundialmente contra todo lo que huela a revolución. En el caso de Cuba, tal campaña tiene sus recursos predilectos. Uno es sostener que la etapa más próspera del país fueron los años durante los cuales se entronizó la tiranía encabezada, al servicio del imperialismo estadounidense, por Fulgencio Batista, exponente mayor de los crímenes y el latrocinio sufridos por la nación.
El triunfo de la Revolución Cubana, y el apoyo con que desde la lucha insurreccional la abrazó la mayoría del pueblo, se debieron a su carácter popular: esa mayoría vio y encontró el camino para lograr, junto con la justicia social, la soberanía que la intervención estadounidense le arrebató en 1898.
Esa realidad explica que en 1961, tercer año tras la toma del poder, cosechara dos victorias íntimamente vinculadas, e impensables sin el apoyo mayoritario y entusiasta del pueblo: el aplastamiento de la invasión mercenaria en Playa Girón y sus inmediaciones, y la declaración del país como territorio libre de analfabetismo, gracias a la masiva Campaña Nacional de Alfabetización que hoy sigue dando frutos dentro y fuera de Cuba.
Fundamento
Esos logros, y otros, se buscaron y se percibieron asociados a la herencia martiana. Presente en la nación desde el siglo XIX, devino –como expresó Fidel Castro, guía de la obra desatada con los hechos aurorales del 26 de julio de 1953– fundamento moral de la acción armada iniciada entonces y, en consecuencia, de los logros cosechados en ese camino. En él, 1961 aportó otro nutriente explícito, asumido en la médula nacional de la obra revolucionaria: en Girón se combatió también en defensa del socialismo.
El carácter socialista de la Revolución se proclamó precisamente en la despedida de duelo de los mártires del bombardeo que, como ablandamiento artillero, el imperialismo lanzó contra Cuba en vísperas de la invasión mercenaria. Esta, así y todo, fue derrotada en poco más de 60 horas. Fue una victoria de pueblos, porque a partir de entonces, como también dijo el guía histórico de la Revolución, todos los de nuestra América, no solo el cubano, “fueron un poco más libres”. Tal realidad abonó la simpatía que la Revolución cosechó en la región desde el mismo 1959.
El carácter popular que le permitió alcanzar el poder se consumó en logros masivos, como las leyes de Reforma Agraria y de Reforma Urbana, y la disminución de las grandes diferencias acumuladas entre el campo y la ciudad, sobre todo en lo tocante a la capital. En medio de las dificultades económicas de un país bloqueado, ese afán de equidad, sin el cual la Revolución habría estado sumamente incompleta, generó construcciones –carreteras, industrias, embalses de agua, edificios para diversos usos sociales: escuelas, centros de atención médica, viviendas– que transformaron hasta la imagen física del país.
Ello, asumido con sed de equidad para toda la nación, pudiera explicar el detenimiento constructivo y las dosis de pérdida de esplendor material padecido por la capital. Ese hecho, tendenciosamente desgajado del contexto, lo esgrimen los enemigos de la Revolución para denigrarla, y aunque no existieran contra ella tales campañas de descrédito, constituye uno de los frentes en que mayor esfuerzo por la recuperación necesita seguir acometiendo.
La búsqueda de equidad entre los territorios de la nación es también inseparable de logros que esta ha venido disfrutando desde 1959 en terrenos tan vitales como la educación y la salud, la ciencia y el deporte. En el quehacer literario –incluida la vertiente editorial– y en otras expresiones artísticas –cine, música, danza, plástica– se ha vivido, encaminado por instituciones que le han dado gloria al país, un apogeo sin precedentes.
Datos, esencia
El auge lo ha caracterizado la búsqueda de masividad, con un amplio movimiento de aficionados en los distintos sectores poblacionales, y favoreciendo el desarrollo de individualidades sobresalientes, que han merecido admiración y lauros en distintas partes del planeta. Espectáculos artísticos de alto nivel están al alcance de la población, con entrada a precios módicos, o libre, al igual que los deportivos. Mantener ese camino es una de las señales con que en medio de severas dificultades la Revolución ratifica su lealtad, también en esas esferas, al José Martí que entendió que “ser culto es el único modo de ser libre”.
Enumerar las conquistas alcanzadas en los diversos frentes antes mencionados pudiera ser necesario ante quienes opten por desconocerlas, pero en esos casos resultaría estéril. Las personas honradas pueden disponer de la información que emana de la propia realidad. Alúdase solo a los altos grados de instrucción generalizada y a los índices de mortalidad infantil y esperanza de vida que hacen de Cuba un país ejemplar en esas esferas, como reconocen instituciones y organismos internacionales de la mayor relevancia.
Los logros están presentes asimismo en la amplia colaboración de Cuba con numerosos pueblos, y se aprecian hasta en una emigración que, a diferencia de la de otros países –y no solo entre los que clasifican como no desarrollados–, sobresale por su preparación técnica y profesional. Quien conozca la realidad de los inmigrantes en otras naciones, podrá dar fe de esas diferencias.
Anécdotas y experiencias de tal realidad abundan. El autor de este artículo no pasará de recordar la gratitud con que el embajador de un pueblo hermano acogió la iniciativa de una universidad, europea, de ofrecer a emigrantes de su pueblo cursos para adiestrarlos en tareas concretas.
Eran las peor pagadas, y más despreciadas –por lo menos antes del reconocimiento de la etapa de crisis que allí se gestaba– entre los naturales de la nación a la que habían ido a parar: en ese caso, empalmar cables, vestir camas, limpiar ancianos…; en otros correspondería hablar de la agricultura y la construcción. Al final de la ceremonia en que su embajador había expresado gratitud a la universidad, un colega diplomático, amigo del articulista, le dijo a este: “Los emigrantes de tu país no necesitan esa ayuda”.
Pero Cuba ha tenido que desempeñarse en condiciones anormales, porque muy pronto contra la Revolución se lanzó la hostilidad de la mayor potencia mundial, los Estados Unidos. La poderosa nación imperialista, acostumbrada desde su gestación, y en su desarrollo –en él se ubica el robo de más de la mitad del territorio de México–, a dominar y saquear a otros países, no le perdonó a Cuba su dignidad nacional y su servicio al pueblo. Con esa orientación el gobierno cubano acometió nacionalizaciones indispensables, y en ello también tuvo un rotundo respaldo popular.
Patente imperial
Pronto la hostilidad del vecino del Norte se expresó en un bloqueo económico, financiero y comercial que aún perdura, y en agresiones armadas. En estas se inscriben la invasión mercenaria de 1961 y las bandas de alzados –también mercenarias– que fomentó en distintos sitios del país, y que en sus monstruosos actos terroristas cometieron asesinatos, entre otros, de alfabetizadores.
En aquellos actos figuran la explosión del vapor francés La Coubre en el puerto de La Habana, y la voladura de un avión cubano en pleno vuelo sobre Barbados. Esta última acción, así como otras, la orquestaron agentes del imperio que gozan de libertad en la nación que se autopromueve como el modelo de la democracia.
Cuando hoy, en su licencia imperial, el presidente estadounidense propone cambiar la política que su gobierno ha mantenido contra Cuba durante más de medio siglo, y dice que tal política no ha conseguido su propósito, solo queda una opción para interpretar sus palabras. Si a pesar del enorme daño económico, material y en vidas que esa política le ha causado a Cuba, el cabecilla del imperio la estima fallida, es porque ha sido planeada con un superobjetivo: destruir a la Revolución y restablecer en la mayor de las Antillas la dominación con que desde 1898 los Estados Unidos ensayaron aquí el neocolonialismo, “su sistema de colonización”, como lo denunció Martí pensando en los planes imperiales contra nuestra América en general.
Pese a todo, Cuba –y por eso ha obligado al imperio a buscar un cambio de imagen– perdura como ejemplo de resistencia. Ha dado apoyo ideológico y moral a otros pueblos, y protagonizado un aporte internacionalista que –aunque se propongan silenciarlo ingratos y enemigos– contribuyó a las mejores transformaciones emancipadoras en África. Lo han reconocido pueblos y guías políticos como Nelson Mandela en Sudáfrica, y varios en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina y otros de nuestra América.
Allí, plantando cara al vecino poderoso, se han desafiado las maquinaciones de la Organización de Estados Americanos y del Área de Libre Comercio para las Américas. De ese enfrentamiento han surgido alternativas de dignificación soberana como la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Resurgen las banderas del socialismo, en busca de actualización creativa, aunque no sea más, ni menos, que por entre las estructuras del sistema capitalista.
Pero el imperio no cesa en sus planes, y dispone de enormes recursos. En general, con el individualismo y el pragmatismo consustanciales al sistema capitalista, propala el neoliberalismo. Estimula las llamadas desideologización y despolitización, máscaras del afán de erradicar el pensamiento revolucionario. Promueve y apoya cuanto pueda conducir a la reversión de planes nacionales molestos para su manía de dominarlo todo. Ahora, con respecto a Cuba en particular, intenta dar la imagen de un cambio de actitud, y propone otros métodos para lograr lo que la resistencia y la creatividad cubanas le han impedido conseguir.
Golpistas de etiqueta
Todo eso, de lo cual las campañas contra Cuba son inseparables, explica distintas formas de golpes de Estado que en Honduras y en Paraguay han venido a sustituir el gorilismo armado, que no debe considerarse definitivamente cancelado; los intentos golpistas en Venezuela, Bolivia y Ecuador; las campañas y amenazas contra la misma Venezuela bolivariana; la creación de nuevas bases militares en Colombia; la propaganda y las maniobras para alimentar la oposición contra los gobiernos de Brasil y Argentina.
En esta última la derecha consiguió electoralmente el éxito contra las fuerzas progresistas que habían sacado al país del hundimiento en que lo atascó el desafuero neoliberal. El saludable optimismo no basta para ignorar que, con la guerra mediática y económica, el imperio y sus cómplices intentan aplastar cuanto proyecto justiciero le salga al paso. Sería torpe considerar a Venezuela un caso aislado.
Los zarpazos de la derecha neoliberal –que va por más en el mundo– se dan cuando en varios países las urnas han devenido camino de triunfo para proyectos emancipadores, y los medios imperiales de propaganda fabrican la imagen de que todo acto armado por parte de los pueblos es terrorismo repudiable. Los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, sin embargo, desencadenan guerras genocidas y consiguen edulcorarlas con falacias lingüísticas tan perversas como calificarlas de humanitarias: deformación de sentido que ha pasado incluso al periodismo revolucionario, o de izquierda al menos, para hablar de crímenes y desastres de lesa humanidad.
Es difícil –heroico, digamos sin rodeos– conseguir un triunfo revolucionario valiéndose de los mecanismos y procedimientos que el capitalismo ha perfeccionado para defender sus intereses. Pero la persistencia de la Revolución Cubana la explica su toma del poder por la lucha armada con decisiva participación popular. Y se ha mantenido gracias al decisivo apoyo de la mayoría del pueblo.
No es casual que todo lo relativo a Cuba sea tergiversado o satanizado, con saña, por la propaganda imperialista. Para actuar, el país debe guiarse únicamente por la norma de la justicia y lo correcto: ni hacer para complacer al enemigo, ni dejar de hacer por no parecer que presta atención a sus campañas.
Cuanto haga será sometido a lentes distorsionadores, para desconocer sus aciertos y atribuirle errores o magnificar los que cometa. El esperado afinamiento en su política migratoria, por ejemplo, deja sin argumentos a no pocos infundios lanzados contra ella, y en igual medida los mismos que los propalaban intentan revertir el efecto de sus aciertos.
El contexto internacional está signado por la preponderancia de las fuerzas del imperio, y las circunstancias nacionales de Cuba se ven severamente dañadas por el bloqueo que este le ha impuesto durante más de medio siglo. Contra semejante engendro se proyecta el clamor de pueblos, avalado en votaciones de la Asamblea General de la ONU, pero groseramente las burla el mismo gobierno que anuncia la voluntad de cambiar su política hacia Cuba.
Desplazamientos y persistencias
El mayor reto que se le presenta al país radica en mantener el afán de asegurar la justicia social en un contexto internacional con frecuencia sórdido. En él –ha escrito Fernando Martínez Heredia en su libro El corrimiento hacia el rojo, título alusivo a los ciclos de expansión y contracción material del universo– se aprecia “un mundo extraño, en el cual reinan el lucro y el hambre, y no parece haber futuro para la decencia”.
Ante ello lo pertinente y digno no será cruzarse de brazos y renunciar a construir un mundo mejor, que es posible, además de necesario para que la humanidad llegue a merecer en plenitud ese nombre. Como añade el mismo autor citado, “la indecencia carece totalmente de legitimidad”.
La búsqueda de la decencia en las relaciones humanas a todos los niveles define lo que un país como Cuba, que ha llegado hasta donde está gracias a la construcción revolucionaria, debe tener en la brújula de sus replanteamientos en pos de una eficiencia económica indispensable para mantener el proyecto justiciero que tanto esfuerzo y tanta sangre ha costado. La seducción economicista y pragmática no será garantía para ningún empeño revolucionario erigido sobre la convicción de que la historia lo avalará, aunque tampoco deba ignorar los requerimientos de la economía.
La Cuba que halló en Martí el fundamento moral para su transformación, debe recordar el reclamo del Maestro, quien en “Crece” (abril de 1894) se planteaba si la revolución que él fraguaba tendría posibilidad de triunfar. Ante la duda, razonable, sostuvo que el gran deber patrio y humano sería hacer posible la revolución, o, por lo menos, acometerla del modo más eficaz. Lo innoble sería traicionar la grandeza del sacrificio.
Se avanzaba hacia la guerra que estallaría el 24 de febrero de 1895, y afirmó: “Era ambiente la revolución, y hoy es plan. Era un sentimiento inútil y cómodo: como corona de adelfas era, y de laurel, que no hay derecho a arrancarse de la frente para sazonar, con sus hojas ensangrentadas, la olla de la comodidad”. Comprendía que, aunque imperfecto, lo hecho antes del 10 de octubre de 1868 –la “preparación gloriosa y cruenta” asumida en el Manifiesto de Montecristi (marzo de 1895), ya en pie la nueva guerra–, se inscribía en la gloria de la cual sería deshonroso huir: “¡infeliz, en la memoria de los hombres, quien eche el laurel en la olla!”. Ratificó así la base ética de su pensamiento y de su conducta.
Como otros suyos, aquel texto de Martí de 1894 sigue trazándole a Cuba el gran deber de hoy, cuando acomete una nueva etapa en una permanente sucesión de institucionalizaciones. Ese empeño, que empezó con el desmontaje, desde 1959, de las estructuras capitalistas, vivió un momento señero cuando en 1976 se aprobó, en proceso hondamente democrático, popular, la Constitución que ratificó a Cuba como república y como Estado socialista, llamado, por tanto, a tener la guía de trabajadores y trabajadoras, nada parecido al capitalismo de Estado.
Con esas luces entra la Revolución en su año 58, cuando se prepara el VII Congreso del Partido que tiene la misión de guiarla, y el cual en su anterior Congreso aprobó los Lineamientos para acometer lo que se ha denominado actualización del modelo económico cubano.
Utilidad y virtud
Se debe hacer lo necesario para que la Revolución mantenga ese espíritu productivo y –siempre Martí– orientado por la utilidad de la virtud, superior a la virtud de la utilidad, y para que dentro de muchas décadas se pueda seguir hablando de ella como de una realidad viva, no de un proceso estancado en resignaciones o sacado de rumbo por deformaciones que serían deplorables. Cuando se ha tenido como brújula echar la suerte con los pobres de la tierra, y se ha vivido más de un siglo de luchas revolucionarias, sería criminal abandonar el camino que esa brújula ha venido indicando.
Sabedor de que “ni hombres ni pueblos pueden rehuir la obra de desarrollarse por sí,–de costearse el paso por el mundo”–, Martí sostuvo: “No yerra quien intenta componer un pueblo en la hora en que aún se lo puede; sino el que no lo intenta. Si no se lograse la composición, se lograría al menos el conocimiento de las causas por que no podía lograrse; y eso limpiaría el camino para lograrla mañana”.
El error es humano, pero la rectificación, también humana, es además sabia, y lo que se haga debe regirse por la ética: “Si se intenta honradamente, y no se puede, bien está, aunque ruede por tierra el corazón desengañado: pero rodaría contento, porque así tendría esa raíz más la revolución inevitable de mañana”. Pero no valdrían autocomplacencias a estas alturas de un camino en que el “Patria y Libertad” de los mambises condujo al “Libertad o Muerte” del Ejército Rebelde, lema que el logro de la libertad convirtió en “Patria o Muerte” y frente a la saña enemiga fue coronado por un “Venceremos” que hoy resulta más fuente de responsabilidad y compromiso consciente que nunca antes.
La Revolución, que en las actuales circunstancias urge mantener, puede verse como la que en su tiempo –con el ejército español en Cuba y el estadounidense dispuesto a invadirla– Martí vaticinaba que podría ser inevitable luego. Más de un siglo después –con una Cuba que ha encarado y vencido desafíos tremendos–, la realidad es otra, y tampoco se debe olvidar un hecho: a lo largo del devenir humano, las revoluciones no han sido términos en la historia.
En sus mejores frutos –incluso a pesar de errores y hasta de traiciones– han representado actos de transición o fuentes de luz hacia logros de mayor alcance. Para Martí, como se lee en su texto de 1894 citado, la meta era la que puede seguir orientando a Cuba hoy y siempre: el “fin humano del bienestar en el decoro”. Nada menos.
Tomado de Revista Bohemia
Comunicado de Prensa: Propuesta Tatu
6 de Janeiro de 2016, 22:14Ante la falsa información sobre inhabilitación de títulos emitidos por Cuba a profesionales médicos Argentinos egresados en ese país, producto de las becas de la Revolución cubana decimos :
Que tenemos un impagable agradecimiento a la Revolución Cubana, su pueblo y Fidel, sin esa enorme solidaridad latinoamericanista, jamás hubiéramos sido médicos.
Llevamos en lo mas profundo de nuestros sentimientos el orgullo y el honor de ser egresados en la ELAM de Cuba.
1) Que, no hay posibilidad legal de inhabilitación de títulos una vez otorgada la matrícula, esta es permanente dentro de las normas vigentes; es decir la actualización profesional.
2) Que existe un Convenio que si se denunciara, mantiene por dos años su vigencia a partir de la fecha de denuncia. ( Tratado de Viena ).
3) Hay Derechos adquiridos.
4) La competencia para reconocer títulos es del Ministerio de Educación y NO del Ministerio de Salud como así tampoco del Ministro de Salud de Nación Dr. Jorge Lemus, como afirma la nota periodística.
Lamentamos que muchos medios amigos, se hayan hecho eco de esta supuesta información, creando mucha incertidumbre.
POR UNA VIDA DIGNA PARA TODOS
PROPUESTA TATU ( P.T.- 3 )
Médicos Argentinos egresados en Cuba
https://www.facebook.com/PROPUESTA-TATU-259259947450747/
Foto de Roberto Ruiz/Archivo
Para algunos fue simplemente vísperas de Reyes Magos…
6 de Janeiro de 2016, 21:28Por Rosa C. Báez
Ayer fue 5 de enero: para algunos, amarrados a los recuerdos de infancia o enganchados en la vertiginosa vorágine del consumismo, fue vísperas de Día de Reyes… para muchos cubanos, fue además el aniversario de una pérdida trágica e inolvidable… ese día cayó asesinado por bandidos contrarrevolucionarios alzados en el Escambray, el joven maestro, alfabetizador, negro y revolucionario Conrado Benítez…
Tenía sólo 19 años recién cumplidos… se había graduado de maestro en Minas del Frío y había acudido presto al llamado de Fidel a la primera de las batallas de ideas, la campaña de alfabetización… fue de los primeros en ser ubicados y también el primero en entregar su vida en tan noble causa. Su nombre se convertiría luego en bandera, al crearse días después la brigada de alfabetizadores Conrado Benítez… honrando dicho emblema moriría otro joven, Manuel Ascunce.
Conrado Benítez y Manuel Ascunce |
Era apenas una niña, pero recuerdo nuestras noches en el barrio, jugando con mis vecinitos, en la mano aquel pomo de dulces lleno de cocuyos transmutado en farol y en la garganta, el himno: "somos las brigadas Conrado Benítez, somos la vanguardia de la Revolución. Con el libro en alto cumplimos una meta, llevar a toda Cuba la alfabetización". Llevaron, sí, con las letras la luz de la verdad y luego, en lejanas tierras, otros jóvenes maestros cubanos entregarían sus vidas luchando también "trocando la oscurana en claridad"…
Otras jóvenes vidas nos cobró el terrorismo asesino, pero quizá ningunas me llegaron tan dentro como estas… Recuerdo cuando visité el Museo de la Alfabetización, cómo me conmovió el tamaño de sus uniformes, ver sus objetos, pensarme en su lugar, sufrir sus jóvenes muertes…
Sí, quizá para algunos ayer fue simplemente vísperas de Reyes.
Nota en la prensa nacional |
Joven alfabetizadora |
Posibles escenarios de la guerra de pensamiento en Cuba. Algunas ideas
28 de Dezembro de 2015, 1:47Por Orlando Cruz *
“Si no tenéis cuidado, los periódicos lograrán que odiéis
a los oprimidos y améis a los que los oprimen”
Malcolm X
Estos son unos apuntes reflexivos críticos sobre la actual desinformación e insuficiente información, tanto externa como interna, sobre la cambiante recomposición orgánica del capitalismo transnacionalizado reflejada en los acelerados procesos de las megafusiones monopólicas corporativas y la paradójica desindustrialización-desnacionalización, en la búsqueda de menores costos y mayores ganancias, la terciarización de la economía en el sector de los servicios, las finanzas, la informatización y la cultura, sin olvidar el auge de la industria de los armamentos muy asociada a la civil altamente tecnificada, más la profundización y el acortamiento en tiempo de las crisis cíclicas del sistema, ahora múltiples,(1) en un entorno también transicional de su geopolítica imperialista con implicaciones en las distintas escalas del orbe, además de las zigzagueantes interacciones de las correlaciones de fuerzas internacionales en todos los espacios-temporales, que nos interroga sobre el cómo funcionará la conexión causa-efecto de éstas con el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba - EE.UU. y la paulatina normalización de los vínculos, que no deben presumir de la voluntad de apoyar a Cuba en la defensa, el fortalecimiento de su independencia, soberanía política y el afán de equidad e igualdad social. (2)
Esta coyuntura conlleva al análisis histórico-político, marxista y crítico de la evolución de este complejo escenario interrelacional global, y el mantenimiento de la dominación y hegemonía de los EE.UU., -a pesar de su relativo declive y declinación- (3) en cuyas mudanzas está insertada la actualización del modelo socialista cubano (4) que, como escribió José Martí, sin fatalismos sino con pleno derecho a la trinchera activa “(…) El mundo marca, y no se puede ir, ni hombre ni mujer, contra la marca que nos pone el mundo”.(5) Al unísono, debe realizarse el estudio, profundo y serio, sobre el uso instrumental del nuevo lenguaje de las élites de poder de los centros del capital, en especial el norteño, con la intención de reinstaurar el viejo status quo capitalista dependiente de la Isla con una desafiante ‘guerra de espectro total’, las guerras culturales, ‘los conflictos híbridos’ y las guerras de cuarta generación (4GW).(6)
Urge, entonces, una transparencia, coordinación y articulación coherente, congruente y sistemática del procesamiento en los distintos niveles de información, del funcionamiento del sistema educativo y la enseñanza, en especial la historia y el marxismo, la comunicación y los conocimientos contemporáneos, acerca de los procesos en curso, con vistas a una comprensión aproximada de la presente y futura cambiante realidad, para descubrir en ese ‘neolenguaje’ los diversos significados simbólicos contradictorios de la insistente ‘excepcionalidad’ norteamericana en sus sueños por apoderarse de Cuba, lo que ha estado presente en el imaginario de los círculos de poder y los medios de comunicación de EE.UU., incluyendo amplias capas de su población,(7) desde el siglo decimonónico, el decursar de la pasada centuria, hasta este siglo XXI.(8) La supremacía de la imagen controvertida de los Estados Unidos de América en sus albores como nación, y en la evolución imperialista posterior, es esgrimida permanentemente para encubrir sus propósitos de neo-colonización en Nuestra América y a nivel planetario, y enaltecer la decisión de luchar por la ‘libertad’ propia y la ajena, partes indispensables de los principios del ‘pensamiento doble’ y sometimiento de las mentes.
La enunciación simultánea de dos ideas y, practicar en una lo contrario, suscita una desintegración de la memoria y consciencia histórica e ideopolítica, impide toda representación y juicio valorativo crítico real, “suprimiendo” la conflictualidad, en búsquedas de consensos artificiales y reales, modificando a individuos y colectividades, poblaciones y clases sociales en sujetos indiferentes ante los elementos de la realidad, petrificando y adocenando todo impulso de pensar y organizar la voluntad espiritual para resistir activamente.(9) Según los ideólogos del imperialismo, la condición de la paz social comienza cuando los explotados y oprimidos colonizados se sienten impotentes.
Ante esa paradójica sustancialidad, si el socialismo está lejos de haber sido transitado o construido en Cuba, más bien se reinicia en circunstancias históricas más complejas, tal empeño constituye por fuerza un HOY. No se puede, por tanto, dejar al libre quehacer del desarrollo de las fuerzas productivas, una visión economista bajo el signo inexorable del mercado que debe ser regulado por el pueblo, con el fin de robustecer y hacer más eficiente al país desde el punto de vista económico, alcanzando el bienestar común, para luego retornar y repensar ideopolítica y culturalmente el socialismo. Los peligros relacionados ante estas tardanzas, como los comportamientos desideologizadores latentes, nos compulsan a relanzar la persuasión y seducción de una teoría filosófica, política y estética marxista para la reconstrucción práctica socialista en el cuerpo societal desde otras perspectivas actualizadas, con novedosos códigos y métodos democráticos, esencialmente participativos desde abajo (10) y con una impronta cultural-civilizatoria de liberación socialista, contrahegemónica y antistemica al capitalismo. (11)
Tal reclamo ideopolítico y cultural no puede desistir de la prontitud, los raquitismos paralizadores y las prórrogas, ya que en el medio educacional y comunicativo cotidiano no se estudia y escribe con asiduidad, tampoco se argumenta concienzudamente, ni se leen y escuchan señales en el mundo simbólico y de lo político, sobre los vastos conceptos del antimperialismo esencial, con sus novedosas características, el marxismo y leninismo creador articulado ad infinitum con el ideario martiano, acerca del socialismo, la ética socialista y su concreción emancipatoria humanista. La convocatoria a los patriotas, comunistas y revolucionarios al constante el proceso de la repolitización y reideologización de la sociedad constituye una tarea multidimensional que debe acometerse de inmediato. (12)
Habrá que evocar del marxismo, especialmente V. I. Lenin, el cómo se articula en los distintos períodos, etapas y fases, en contextos sociohistóricos concretos, las diferentes tácticas, lo que explicará en última instancia la interrelación entre la flexibilidad táctica, ante coyunturas histórica-políticas, con la intransigencia ideológico-política. Sin dar cuenta de esto, las apelaciones al realismo, la capacidad de reconocer las amenazas, las oportunidades y desafíos, la necesidad de realizar transacciones y compromisos mesurados, siempre justificados por las circunstancias, podrán terminar reduciendo la política revolucionaria a los pretextos sobre planteos pragmáticos de disímiles tipos.
De tal manera, se plantearía qué y cómo hacer este diálogo con los EE.UU. y el mundo del capital transnacional neoliberal, con la colosal influencia de los Tics, (13) para emerger victoriosos en el tránsito socialista cubano, en momentos en que se oculta el discurso belicoso e intimidante de los círculos de poder estadounidenses respecto a Cuba, y se práctica la modelación de un seuda-narración sobre un intercambio y diálogo constructivo entre iguales. (14)
I
En ese entramado contextual, se leía en un editorial de un periódico digital, simpatizante de Cuba por más señas, una interpretación y perspectiva histórica-política predominantemente positiva pero, al mismo tiempo, inadecuada acerca de las causas, los escenarios y el porqué de los resultados en los encuentros y pronunciamientos de altas autoridades estadounidenses y cubanas en el marco del restablecimiento de relaciones diplomáticas y el iniciado largo proceso de normalización entre los EE.UU. y Cuba.
Al valorar los pasos que se estaban originando entre ambas naciones, el diario destacó que “(…) Esa perspectiva es saludable en la medida que apunta a romper un aislamiento económico y comercial que ha sido, desde hace décadas, objeto de rechazo de prácticamente toda la comunidad internacional; que ha significado un castigo injustificable, inhumano y estéril para los cubanos, y cuya persistencia resulta por demás obsoleta en términos políticos -se trata [subrayo] de una determinación adoptada en el contexto de un conflicto geoestratégico e ideológico hoy superado- y económicos; a fin de cuentas la persistencia de la medida constituye una contradicción a los principios de libre comercio que Washington ha impuesto en otras latitudes del continente y el mundo...”.(15)
La premisa de la equivocada e ingenua apreciación se ‘derivó’ de la notificación acerca del incrementado número de aeropuertos norteamericanos que envían vuelos chárter directos hacia la isla, la primera ronda de negociaciones sobre aviación civil, así como la declaración de la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Penny Pritzker, a La Habana, quien afirmó en forma diplomática (aséptica y abstracta en realidad) que ambos gobiernos están en posibilidad de “…construir una relación más abierta”, señalando que Washington también “…quiere ayudar a todos los cubanos a insertarse en la economía mundial y a disfrutar de un mejor nivel de vida, pero también dar al pueblo de los Estados Unidos de aprender sobre Cuba y de desarrollar relaciones con las personas de una isla que está a sólo 90 millas de las costas…”, de su país.
Aunque es cierto que en la fecha de aparición del editorial, todavía no se distinguía la intensa campaña oficial acerca de la presentación del informe cubano contra el bloqueo estadounidense, (16) finalmente aprobado el 27 de octubre en la Asamblea General de las Naciones Unidas con una victoria categórica (17) de 191 países a favor y dos en contra, EE.UU. e Israel,(18) en que señalaron los límites e inoperancia de los tímidos pasos dados por el mandatario Barack Husseim Obama,(19) no podía ser óbice para que un analista objetivo pudiera percatarse que el eufemístico ‘embargo’ extraterritorial estaba vigente, que los castigos y las presiones norteamericanas contra Cuba continuaban, y en realidad eran más crecientes durante esta administración.(20)
Las interrogantes devienen en obligación.
¿Se ‘cerró o esfumó’, de la noche a la mañana, el diferendo histórico, devenido en confrontación al triunfo de la Revolución Cubana, en específico con la aprobación de la Primera Ley de Reforma Agraria en 1959, junto al mesianismo geopolítico del establishment imperialista norteño de pretender ser los dueños del mundo, específicamente apoderarse de Cuba por todos los medios posibles desde hace más de tres siglos? ¿Se superaron de un plumazo las diferencias ideológicas entre ambos países con sistemas socioeconómicos y políticos disímiles, hasta antagónicos? ¿Desapareció el enemigo secular por antonomasia de Cuba, aunque se sustituya la semántica imperial y la jerga retórica de algunos de sus dirigentes, por el ‘vecino’ a 90 millas que ya ni siquiera es adversario de su proyecto revolucionario y socialista? ¿No conocía el diario de la Patria de Benito Juárez cuáles son las condiciones impuestas en el ‘libre comercio internacional’ por parte de EE.UU., ya sea directamente o a través de la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional? ¿Cómo insertarían los EE.UU. a Cuba en la economía capitalista mundial bajo el dominio de las transnacionales neoliberalizadoras, cuyas casas matrices esenciales radican en su territorio, en medio del secreto y perentorio Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP), más la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP), con grandes ventajas para Washington?
II
La visión de la prensa extranjera, salvo excepciones, no difiere en muchos matices, lamentablemente, de la percepción interpretativa de algunos amigos-simpatizantes solidarios de la Revolución Cubana en el exterior, de los propios nacionales de la Isla y fuera de ella, no importando relativamente su nivel educacional – cultural, y sí la cultura política, (21) a pesar de la imprescindible articulación que debe existir entre ambas, porque los mediáticos transnacionales, transfronterizos por su esencia globalizadora capitalista, han impuesto la mediocridad empírica y acrítica en los receptores y son raros los ciudadanos, incluyendo algunos intelectuales y políticos, que suelen acercarse a la interpretación del complicado y frágil equilibrio estratégico global del sistema-mundo capitalista, en la que los Estados Unidos, como potencia hegemónica,(22) a lo que se suman sus aliados estratégicos claves, la Unión Europea -con los otanistas en primer lugar- y Japón, tratan de llevar a cabo sus objetivos de expansión y dominio económico, comercial, financiero y cultural, así como la supuesta defensa ‘moral’ de ‘la democracia y los derechos humanos’, con vistas a proteger su ‘seguridad nacional’ y el ejercicio de hegemonía planetaria.(23)
Asimismo, la deficiencia y carencia de perspectiva crítica tiende a sobrevalorar o subestimar el peso de nuevos actores internacionales, caso de China Popular y Rusia como potencias emergentes, así como los demás integrantes del grupo de los Brics, que anuncian el lento rediseño y reordenamiento de las relaciones internacionales y, con ello, el inicio de una multilateralidad selectiva, pluricéntrica o multipolar.
Las maniobras en el discurso-accionar del marketing político-público, el uso del ‘lenguaje políticamente correcto’ y las ‘redescripciones pragmáticas de la realidad’ en que la re-construcción del lenguaje figurado, retórico y metafórico, como un modo de participación cognoscitiva, ideológica e indagativa-constructora de aceptaciones al servicio del poder imperialista y sus intereses bajo signos de “imperativos morales, nobles y benéficos”, escamotean a la opinión pública los verdaderos enemigos de los pueblos y las naciones, inventando adversarios con una direccionalidad indicada, como es el caso de los traficantes de drogas, personas y armas, y los terroristas “islámicos”, ahora ‘díscolos’ ante sus creadores. Las fronteras entre los terroristas ‘malos y buenos’ están borrándose por mandato imperial, (24) que venden cual falsa mercancía, quiénes son los agresores reales que difuminan y desaparecen Estados, como lo sucedido en los casos de Afganistán, Irak y Libia -la supervivencia de Siria radica en una geopolítica que llamaremos la ruleta ajedrecística rusa- convirtiéndolos en chatos territorios donde se evaporan las identidades nacionales, y en los que se despliegan cruentos enfrentamientos étnicos, tribales y religiosos, culturales, conflictos internos aprovechados y exaltados-apoyados desde el exterior.
Tales rejuegos engañosos del pragmatismo político imperialista yanqui, junto a las contradicciones interimperialistas no superadas, contenciosas y convivientes como resultado de incesantes condicionamientos norteños en las negociaciones, pueden situar a la China Popular como el peligro fundamental para los valores e intereses de occidente; en otro momento a Rusia, capaz de ‘devorar a Ucrania’ y amenazar a Europa; a las dos unidas en una alianza estratégica en la llamada ‘la nueva ruta de la seda’; y, más adelante, suman al resto de los Brics para, al unísono, ubicar a Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina, Nicaragua, y los procesos integracionistas como el Alba-Tcp, Unasur y Celac, como adversarios en su traspatio natural o tercera frontera, en instantes en que los gobiernos progresistas-populares de Nuestra América y los movimientos sociales y políticos reacomodan sus economías y movilizan a los movimientos de masas ante la crisis de la caída de los precios de las ‘commodities’, las presiones financieras de la deuda externa e interna, sumando el accionar de los ‘fondos buitres’, y el probable viraje político de una estrenada ‘clase media’ -‘humo negro’ le llamaba, en su tiempo, Leon Trotsky- surgida de las políticas sociales que promovieron la inclusión, a través, de la redistribución y el consumo.
Mientras, la derecha continental se recicla y reestructura sus fuerzas aprestándose a revertir el mal denominado ‘ciclo progresista’ de la región, (25) con amenazas de aplicar el ‘impeachent’ en los parlamentos y con el apoyo del sistema judicial contra los presidentes legítimamente elegidos, acusándolos de casos de corrupción, y la intención de emplear los ‘golpes suaves’, la aplicación del ‘poder duro’(hard power), con golpes de Estado, hasta militares, las intervenciones e injerencias directas, la utilización del ‘poder blando’ e ‘inteligente’ (soft power - smart power), las ‘revoluciones de colores’, los asaltos mediáticos y la profusa instalación de bases militares, partes de una totalidad estratégica hegemónica.
Ante ese maremagno de situaciones y coyunturas políticas, nadie está exento de deslizarse en simplezas y confusiones acerca de la envergadura de los rápidos cambios mundiales y regionales que están sucediéndose, y en cuanto a los propósitos de las relaciones restablecidas entre la Isla, de una parte, y el imperialismo norteamericano, de la otra, así como las nuevas expectativas que pueden abrirse para la nación cubana cuando se logre un intercambio económico, comercial y financiero con los EE.UU., que se intentará concebir de la única forma que saben hacerlo las élites de poder de Washington: desigual y asimétrico, si el Estado cubano no ajusta y limita el mismo.
El qué hacer ante tantos vacíos, lagunas y digresiones informativas, insuficiente conocimiento y deficiente coherencia y sistematización comunicacional,(26) en esta delicada coyuntura histórica-política, se convierte en sí misma en la pregunta del momento, teniendo como respuesta-resolución alternativa, nunca exclusiva, la vivencial práctica transformadora de una mayor y perfeccionada democracia popular directa-participativa, una significativa ampliación-profundización de la política informativa, de los conocimientos y saberes, con una mayor cultura del debate, los diálogos y las polémicas públicas en el seno de la ciudadanía.
Si una de las piedras angulares de la efectividad de las guerras culturales imperialistas y de las penetraciones e injerencias físicas, morales y culturales se encuentran en el nivel de conciencia ideológica, política y ética-cultural que posean las sociedades a las que intentan someter a través de esas guerras de variado tipo, no es ilógico que las elites de poder capitalistas, sus tanques pensantes, sometan a un frío estudio calculador y una medición constante, la “temperatura” sociológica y política de las contradicciones y valores que evolucionan conflictivamente en los Estados que desean conquistar y recolonizar; así como indaguen acuciosamente los grados de violación de la legalidad, la corrupción presente, el estado de las cifras delincuenciales, los niveles de inconformidad, descontento, escepticismo y la perdida de expectativas presentes y futuras de los disímiles grupos y sectores poblacionales, más la detección de los focos agudos de tensiones internos, todos los cuales se convierten en indicadores a los que dirigen los esfuerzos de su propaganda, que responden a las interrogantes de cómo deben ser “trabajados” y explotados por las guerras psicológicas, de ideas y las culturales. Una veces utilizan las causas, otras los efectos, que alientan y provocarían desordenes no tan aislados, desestabilizaciones más articuladas y el aprovechamiento oportunista de brindar ayuda, con infiltraciones y proposiciones en la labor de ablandamiento de los cuerpos societales hasta llegar a la (des) ingobernabilidad.
Entonces, no es casual que entre los primeros en llegar a Cuba para negociar su espacio en el intercambio entre ambos países, estén las gigantes corporaciones de las comunicaciones, los dueños de Google y el deseo estadounidense de poner a disposición del pueblo cubano las amplias autopistas de internet, a través de su sistema de cables y satélites. (27) La acechanza de la guerra de pensamiento ya tocó a las puertas.
Asimismo, se interpreta con una deficiente interconexión lógica y racional acerca de las visitas a Cuba del presidente de Francia, Francois Hollande, del Sumo Pontífice del Vaticano, Francisco Bergoglio -por las razones del exiguo conocimiento popular del significado de ‘las doctrinas sociales de la iglesia’ y porque el Papa es solo representante de una corriente progresista, pero no la predominante en la Santa Sede y las iglesias en las distintas latitudes geográficas-, así como de otras personalidades con altos cargos gubernamentales en Europa, delegaciones de empresarios, hombres de negocios, entre otros. Actualmente se está llevando a cabo la continuación, más acelerada, de los diálogos con la Unión Europea (iniciados en 2014), con el fin de que ésta elimine la injerencista ‘Posición Común’, instaurada en 1996, y restablezca la cooperación, sin condicionamientos, con el gobierno revolucionario sobre de los derechos humanos y políticos.(28)
Considerando que estas no son visitas comunes, ni asiduas, como las que realizan numerosos representantes de países amigos, debían ser analizadas con criterios dialécticos rigurosos, en el contexto nacional e internacional, sin brindar la visión apologética acerca que ‘Cuba se abre paso a la inserción internacional de su economía y comercio con ‘consumadas inversiones extranjeras’ en el marco de la nueva política económica, principalmente en la ‘Zona Especial de Desarrollo de Mariel’ (ZEDM), (29) luego de los cambios introducidos, en el 2014, en la política inversionista nacional, porque debe concientizarse que las zonas de desarrollo alcanzan su madurez luego de cinco años y que, la expansión de la inversión extranjera en Cuba nunca será un proceso sensacional y de corto plazo como algunos piensan, más aun cuando persista el bloqueo estadounidense.
Aunque la opacidad pública de las finanzas isleña es notable, no constituye un impedimento para percibir, consecuencia del bloqueo e insuficiencias propias, la escases actual de dinero efectivo, dado por la caída de los precios del níquel + cobalto, rubro importante en las exportaciones nacionales, entre otras materias primas, así como la baja estimación del crecimiento del precio del azúcar en el futuro inmediato, y la posibilidad de aumentar las exportaciones de este producto en el mercado internacional, (30) aunque se resalte la llegada in crescendo de turistas a la Mayor de las Antillas y el potencial de recursos humanos, altamente capacitados, que trabaja en muchos países, que recaudan una parte considerable de las divisas que actualmente necesita el país.
Asimismo, hay que considerar, la desaceleración, recesión y contracción de las economías de los principales socios económicos-comerciales de Cuba, la tendencia a la baja del flujo de inversiones en el mundo y, desde 2014 en la región latinoamericana-caribeña, según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Igualmente, deben tenerse en cuenta, las demoras en la aprobación por el gobierno cubano, caso a caso, de cada proyecto inversionista directo; la consideración que la cartera de oportunidades de negocios supone cierto enfoque restrictivo en relación a otras áreas de inversión; la valoración inapropiada del sistema de contratación de fuerza de trabajo en manos del Estado; la insuficiente infraestructura de transporte, de la industria de la construcción, informática y telecomunicaciones en la Isla; los limitados y lentos cambios de la legislación nacional; la dualidad monetaria; la no existencia de licencias para el comercio exterior a actores no estatales; la no viabilidad del sistema financiero; la desindustrialización existente y el carácter burocrático de la gestión estatal. (31)
Por tanto, ante las dificultades, el gobierno revolucionario tiene que asumir, con natural dificultad y precaución, diversos frentes políticos y diplomáticos, económicos y comerciales, ya que se requiere de adecuaciones estructurales más aceleradas en la economía y comercio nacionales,(32) ante estos contactos internacionales que no son habituales, existiendo entre los visitantes, casi todos del Grupo de los Siete (G-7), pocas diferencias y si intenciones comunes, nada ingenuas, si bien se escribe de ‘conversaciones constructivas-respetuosas’.
III
De hecho y para orgullo nacional, existe en la sociedad cubana un espíritu solidario, patriótico y ético, como parte de la experiencia, aprendizaje y el acumulado vital en estos años de transición y logros socialistas, pero también se hacen visibles zonas de desasosiegos e interrogantes, al lado de deslumbramientos y expectativas -no es nada casual las banderitas de las barras y las estrellas en casas, autos, gorras y establecimientos privados y estatales, así como fotografías expuestas con imágenes de la república neocolonial-,(33) incluso de un liberalismo, consumismo e individualismo acrecentados, junto a desigualdades, inequidades y zonas de marginación, que condicionan el estado anímico societal que pudieran ser fatales para el proceso de actualización del socialismo, si continuaran enraizándose. Más por la guerra cultural, ideológica y política que se nos avecina, y la pérdida relativa de la hegemonía socialista y el debilitamiento del estudio del marxismo en el país, ante una tangible quiebra de valores, palpable y reconocido.
Pero este ciudadano (a), que es diverso y plural, no ideal como tampoco perfecto, en especial el juvenil, inmerso en un proceso contradictorio de actualización del modelo del socialismo cubano, en realidad un colosal proceso de reformas -término evadido en el discurso y los documentos oficiales- económicas y sociales, políticas, jurídicas, constitucionales, ideológicas y culturales, que no sólo actualiza sino rectifica, cambia, renueva, reinventa y elimina deformaciones dentro del socialismo, constituye el sujeto social que protagonizará el proceso de transformaciones, si el partido comunista lo orienta, conduce y persuade de modo que éste conozca, comprenda y haga suya la meta del socialismo, en medio de una práctica revolucionaria socialista en la que se empoderará de poder, a través de una efectiva democracia popular, desde abajo hacia arriba y horizontalmente, capaz de enrumbar definitivamente los destinos del país, acompañado de una superación filosófica, al mejor estilo gramsciano, política e ideológica que le permita mayor conciencia y comprometimiento,(34) sin abandonar la ética de la virtud política y los valores de la emancipación humana.(35)
El repensar crítica y creativamente, con escasos límites espaciales y temporales, Raúl Castro lo expresó con apremio de tiempo, sin prisa y sin pausa, en y sobre la Cuba de hoy es urgencia vital para las ciencias sociales, las humanísticas y la filosofía.(36) No sólo para prever negativas consecuencias -que serían ya, más o menos, suficientes o no en el contexto actual- sino porque actualmente existen muchos sucesos y procesos en marcha que deben ser diagnosticados, pronosticados y realizarles proposiciones de solución, sean o no aceptadas por los decisores políticos, con vistas a repensar críticamente sobre la realidad societaria cubana, y participar en la elaboración teórica-conceptual estratégica que ponga sobre la mesa de discusión las agudas problemáticas de la propia existencia de la nación, la identidad nacional-cultural y la continuación-ruptura superadora del tránsito del modelo socialista próspero y sustentable.
Notas y citas.
(1) Las crisis capitalistas contemporáneas son estructurales y sistémicas, de superproducción y subconsumo, financieras, energéticas, económicas y ecológicas -’interconexión de las crisis’, le denomina el politólogo y economista belga, Eric Toussaint- manifestándose a través de explosiones de las “burbujas financieras”, el derrumbe de las bolsas de valores, que dañan por el sobreendeudamiento al crédito utilizable para la inversión y el consumo. Gilberto Valdés Gutiérrez Posneoliberalismo y movimientos antisistémicos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2009; Luciano Vasapollo y Joaquín Arriola Crisis o Big Bang. La crisis sistémica del capital ¿qué, cómo y para quién?, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2010.
(2) Tal apoyo financiero no está dirigido a las empresas estatales cubanas, sino a los emprendedores-cuentapropistas y las nuevas ‘cooperativas’ del sector manufacturero-industrial y de los servicios. La Secretaria de Comercio de EE.UU., Penny Pritzker, en La Habana, el 7 de octubre del año en curso, declaró: “(…) las últimas regulaciones [al referirse a las medidas del presidente Barack Husseim Obama del 18 de septiembre] estaban diseñadas para apoyar al sector privado emergente en Cuba…” Sergio Rodríguez Gelfenstein El bloqueo estadounidense a Cuba, huella putrefacta de la Guerra Fría, Con Nuestra América (digital), Costa Rica, 24 de octubre de 2015.
(3) El Imperio Recargado, Editores Leo Panitch y Colin Leys, Socialist Register 2005, The Merlin, Londres, CLACSO, Buenos Aires, 2005; Inmanuel Wallerstein La decadencia del poder estadounidense, Capital Intelectual S. A., Ediciones Le Monde Diplomatique, Edición Cono Sur, Buenos Aires, 2006.
(4) Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, VI Congreso del PCC, Editora Política, La Habana, Abril de 2011; Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba, Idem., 2012.
(5) José Martí Carta a Bernarda Toro Pelegrín (esposa del general Máximo Gómez), 11 de abril de 1895, Obras Completas, T. 20, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 481.
(6) Las guerras culturales remiten al cuestionamiento de la legitimidad de un sistema social, un gobierno y procesos eleccionarios, la sociedad civil, las clases sociales y las creencias; sobre la autoridad moral, el derecho y la razón para la imposición persuasiva. El uso masivo de internet y con ello de virus informáticos para entorpecer y eliminar las comunicaciones, y la idea de espiar en las redes de los Tics, se convierten en la obtención de información valiosa a través de ‘ciberguerreros’. James Davison Hunter Culture Wars: The Struggle to Define America, New York, Basic Books, 1992, en http:// en.wilkipedia.org/wiki/culture_war; Eliades Acosta Matos Imperialismo del siglo XXI: Las Guerras Culturales, Casa Editora Abril, La Habana, 2009; Orlando Cruz Capote ¿Industrias culturales y guerras culturales? Un futuro imprevisible, Revista Cubana de Filosofía. Edición Digital, No. 22. Junio-Diciembre 2012. ISSN: 1817-0137; Jorge Autié González Del Poder Inteligente a la Guerra No Convencional (I y II), CubaDefensa, (digital), 1 y 3 de julio de 2014; Ignacio Ramonet Los nuevos Estados de vigilancia, Le Monde Diplomatique, Octubre 2015, Francia.
(7) Louis A. Pérez Jr. Cuba en el imaginario de los Estados Unidos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2014.
(8) Report: CSIS Commission on Smart Power: A Smarter, More Secure America, 2007, http://wwww.crisis.org; Joseph S. Nye The Changing Nature of American Power (1990); The Paradox of American Power (2002); Soft Power: The Jeans to Success in World Politics (2004); The Power Game: A Washington Novel (2004); The Benefits of Soft Power, February 8, 2004, en, http://hbswk.hbs.edu/archive/4290.html; The Decline of Soft Power, Foreign Affairs, U.S.A., May-June, 2004.
(9) El General de Ejército, Raúl Castro Ruz, Presidente del Consejo de Estados y Ministros, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, expresó en Santiago de Cuba, el primero de enero de 2014: “En nuestro caso, como sucede en varias regiones del mundo, se perciben intentos de introducir sutilmente plataformas de pensamiento neoliberal y de restauración del capitalismo neocolonial, enfiladas contra las esencias mismas de la Revolución Socialista a partir de una manipulación premeditada de la historia y de la situación actual de crisis general del sistema capitalista, en menoscabo de los valores, la identidad y la cultura nacionales, favoreciendo el individualismo, el egoísmo y el interés mercantilista por encima de la moral”. Raúl Castro Ruz No cederemos ante agresiones, chantajes y amenazas, Cubadebate (digital), 1 de enero de 2014.
(10) “El poder popular que se construye en aras de la superación del capitalismo no es un “contrapoder” ni un “antipoder”; es otro tipo de poder, sobre bases diferentes a las del capital. (…) un proceso integral de creación-construcción de la sociedad superadora de la alienación del capital y su consumismo Todo se va transformando inter-articuladamente marcado por la actividad consciente de los sujetos protagonistas, quienes -en su caminar y construir van (auto) constituyéndose en actor colectivo protagonista del cambio. Es un proceso autogestado por los sujetos y, en ese sentido, es- a la vez formador de nuevos hombres y nuevas mujeres, creadores y constructores protagónicos de la utopía anhelada. De ahí el lugar central y permanente que -en este proceso ocupa la batalla cultural por la construcción de una hegemonía de liberación.” Isabel Rauber Hegemonía, poder popular y sentido común. Subjetividades e imaginarios interculturales para un nuevo mundo. El debate cultural alter-hegemónico de nuestro tiempo, “Diálogos Culturales de Invierno”, San Salvador, El Salvador, 21 de Julio de 2015.
(11) Orlando Cruz Capote ¿Existen “deudas” con la Modernidad y el liberalismo burgués en Cuba socialista contemporánea? Algunas ideas para un debate, Nodo50.org/cubasigloXXI, No. CXVII, agosto de 2013, (Versión ampliada), y en Revista Cubana de Filosofía. Edición digital, No. 24, Julio-Enero 2014. ISSN. 1817-0137; Clara G. Meyra Segura Los desafíos culturales en la realidad actual de Cuba, Entrevista con Juan Valdés Paz, Las estrategias van produciendo una sociedad distinta a la que teníamos, Rosa Luxemburg Stiftung, Extractado por La Haine (digital), 2 de noviembre de 2015.
(12) El escritor cubano Luis Toledo Sande expresó que “(…) sería imperdonable cruzarse de brazos y de pensamiento, y dejarles libre el camino a “ingenuos” y a neoliberales proanexionistas, cuyas ideas, o carencia de ellas, sirve objetivamente a las pretensiones imperiales, o a la banalización que les allana a estas el camino. Si el peligro estuviera solamente representado en la estulticia, la chabacanería y la superficialidad, aliadas naturales de la improfesionalidad y las actitudes irresponsables, ya sería grave. Pero tampoco se debe descartar la participación de interesados conscientes. Y no olvidemos que la desidia acaba siendo tan nociva como la complicidad voluntaria, y hasta más peligrosa tal vez”. Luis Toledo Sande Derechos de la cultura cubana, Cubadebate, La Habana, 20 octubre 2015.
(13) El compañero Ricardo Alarcón de Quesada, lo expresó de la forma siguiente: “(…) La dictadura mediática es, probablemente, en la actualidad el instrumento más eficaz en la política hegemónica del imperialismo. Domina ampliamente la información a escala planetaria, determina lo que la gente puede saber y bloquea con mano de acero lo que quiere encubrir”. Ricardo Alarcón de Quesada Palabras pronunciadas por el Día Mundial de la Libertad de Prensa, La Habana, 3 de mayo 2011; http://teveo.icrt.cu/trrf6f/.
(14) Orlando Cruz Capote La historia en el debate contemporáneo, Memorias Evento científico: El marxismo y la crisis del pensamiento neoliberal (2000), Editorial Félix Varela, La Habana, 2003, pp. 184-191; René González Barrios El desmontaje de la historia y cómo enfrentarlo, La pupila insomne (digital), 15 de octubre de 2015.
(15) Editorial, Cuba-EE. UU: Normalización plausible y deseable’, ‘La Jornada’ (digital), 8 de octubre de 2015.
(16) El Informe de Cuba sobre la Resolución 69/5: “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiera por los Estados Unidos de América contra Cuba”, www.cubavsbloqueo.cu/.../INFORME%20BLOQUEO%202015%20Esp.pdf.
(17) No obstante, el embajador cubano ante la ONU, Rodolfo Valdés Rodríguez, destacó el 27 de octubre, en una entrevista vespertina para el programa la ‘Mesa Redonda’, que la diplomacia tuvo que realizar un arduo trabajo para persuadir a algunos gobiernos del porqué de esa posición contra el bloqueo, debido a las interpretaciones vagas y confusas existentes. Granma, Contundente rechazo al bloqueo en la ONU, Granma, La Habana, 28 de octubre de 2015, p. 1.
(18) El representante de EE.UU. en la ONU, Ronald Godard, declaró sobre el voto negativo que “(…) Lamentamos que el Gobierno de Cuba haya seguido adelante con su resolución anual. El texto se queda corto al reflejar los significativos pasos que se han dado, y el compromiso liderado por el presidente Obama”, a lo que el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, refutó en entrevista de prensa que “(…) No debemos confundir la realidad con los deseos ni las expresiones de buena voluntad. En asuntos como estos, solo puede juzgarse por los hechos. Y los hechos demuestran, con toda claridad, que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba está en plena y completa aplicación.” Agencia de Prensa EFE, 27 de octubre de 2015.
(19) El presidente estadounidense tiene prerrogativas para autorizar el comercio bilateral entre ambos países; el uso del dólar en sus transacciones internacionales y permitir que adquiera en el mercado mundial productos con más del 10 % de componentes estadounidenses; ampliar dentro de las clasificaciones existentes los viajes de ciudadanos norteamericanos a Cuba; legalizar la importación de productos fabricados en todo el mundo a partir de materias primas cubanas, así como consentir la venta a crédito de productos no alimenticios a la Isla. Salim Lamrani Las contradicciones de Barack Obama hacia Cuba, Almayadeen (digital), Líbano, 24 de octubre de 2015.
(20) Unos días después otro banco francés, el Crédit Agricole, era multado con más de medio millón de dólares por realizar transacciones financieras con instituciones cubanas.
(21) Darío L. Machado Rodríguez Cultura política en Cuba. Una aproximación sociológica, Casa Editora Abril, La Habana, 2009; Yelina Gómez Martínez Informar no equivale a comunicar. Cinco valores incinerados durante ese trastorno, Alianet, 20 de octubre de 2015, http://www.alainet.org/es/articulo/173122.
(22) Ver artículos y debates en La transición socialista cubana: actualidad, desafíos y perspectivas Instituto de Filosofía, Sello editorial filosofi@.cu, La Habana, 2013; Orlando Cruz Capote El complejo mundo capitalista que rodea a Cuba socialista, http://cubacoraje.blogspot.com/, y otras web de izquierda, septiembre-noviembre 2011.
(23) Los medios de comunicación masivos, los mediáticos, hoy con emisiones rápidas e instantáneas, que debían erigirse en una poderosa herramienta que permitiera mantenernos en continua interrelación cultural con los distintos procesos-sucesos sociales, políticos y económicos, tanto a escala nacional como regional e internacional, no están cumpliendo cabalmente su función educativa-cognoscitiva, analítica-reflexiva, demostrativa y crítica de verdades aproximadas y de diálogos interculturales constructivos. Al contrario están tratando, de manera abierta y encubierta, de homogeneizar y uniformar y, paradójicamente, fragmentar y atomizar a las sociedades con sus informaciones tendenciosas y manipuladoras, construyendo las imágenes, noticias y comentarios con sensacionalismos de variado tipo, relatos banales, reportajes incendiarios, violencias exageradas, mentiras infundadas, coberturas y opiniones parcializadas, censuras de verdades incómodas, terrorismos mediáticos y de Estado contra agrupaciones, naciones y sistemas -regímenes es el término peyorativo más utilizado- ideopolíticamente adversos al capitalismo dominante, fobias paralizantes introducidas con oscuros propósitos políticos y exacerbación de ánimos contraproducentes a una lógica racional y emancipadora humanista. Orlando Cruz Capote y Lavinia Esther Pérez García Aprender para aprehender y comprender críticamente el mundo actual, Revista Cubana de Filosofía, Instituto de Filosofía. Edición Digital, No. 18. Mayo-Septiembre 2010. ISSN: 1817-0137.
(24) Los grupos de terroristas ‘islámicos’ surgieron y fueron creados como consecuencia de la agresión estadounidense y la OTAN contra Irak, Afganistán y Libia -ahora en Siria-, y contaron desde el inicio con el irrestricto apoyo logístico por los gobernantes estadounidenses, su aliado Israel y otros países del Golfo Pérsico, con vistas a la recomposición del mapa del Levante y más allá de esas fronteras.
(25) Roger Landa La historicidad del “ciclo progresista” actual. Sus nudos problemáticos, III parte, en tres partes, Alianet (digital), septiembre -octubre de 2015; Aran Aharonian Movimientos sociales: un ciclo que no se detiene, Miradas al Sur (digital), Argentina, 18 de octubre de 2015; Raul Zibechi Se acelera el fin del ciclo progresista sudamericano, La Jornada (digital), 30 de octubre de 2015; Álvaro García Linera Cinco pasos para contrarrestar la vulnerabilidad de los procesos progresistas, Contrainsurgencia, Rebelión (digital), 3 de noviembre de 2015; Katu Arkonada ¿Fin del ciclo progresista o reflujo del cambio de época en América Latina? 7 tesis para el debate, Alianet, 8 de noviembre de 2015, entre otros.
(26) Falta la profundización crítica acerca del pensar-accionar estadounidense en el seno de las organizaciones políticas, de masas y sociales cubanas, porque se desconoce por la mayoría del pueblo las dobles intenciones del ‘espectáculo’ de exponer viejos autos, made in USA, al fondo del acto de apertura de la embajada (18/08/2015), en el malecón habanero, que constituyó un montaje propagandístico subliminal; y que, el Secretario de Estado, John Kerry, contactó ese día, en La Habana, en la residencia del jefe de la Oficina de Intereses, con la gran mayoría de representantes de la contrarrevolución interna (algunos no asistieron mostrando su desafío y presión ante EE.UU.), en la cual los mercenarios mostraron satisfacción por el intercambio sostenido.
(27) Asimismo, no escapan de los radares políticos de las guerras culturales contemporáneas la existencia y aprovechamiento de las mediocridades humanas, los individualismos, las ambiciones, la codicia, los egoísmos, los fatuos protagonismos y egocentrías, las vanidades, el afán de lucro, las ansias de poseer riquezas desmedidas y el deseo de ostentarlas, los privilegios “obtenidos” muy por encima de lo que realmente se obtiene a través del trabajo y con una diferencia abismal con respecto a lo que tienen los demás miembros de la sociedad, los beneficios malhabidos, la pérdida del colectivismo y la solidaridad. John T. Bennet El Pentágono declara que Internet es un dominio de guerra, en The Hill, Washington, U.S.A., 2011, http://thehill.com/blogs/hillicon-valley/technology/171531-pentagon-declares-the-internet-a-domain-of-war; Iroel Sánchez (Ciberespacio) Miedo en el Pentágono: una fórmula peligrosa, La Pupila Insomne, La Habana, 19 de julio de 2011; Deisy Francis Medidor EE.UU: Ciberguerra, piratería y otras especies, publicado por M. H. Lagarde para Cambios en Cuba, 23 de julio de 2011.
(28) Solo destacaremos, además, las visitas del Presidente del Consejo de Estado y Ministros, Raúl Castro Ruz, a la Cumbre de las Américas en Panamá, también a la Cumbre de las Naciones Unidas dedicada a la aprobación de la Agenda de Desarrollo posterior al 2015, al Debate General del 70 Período de Sesiones de la Asamblea General la ONU y la Reunión de Líderes Mundiales sobre Equidad de Género y Empoderamiento de la Mujer, así como las que efectuó a Argelia, Rusia, Italia, Vaticano y México; la del Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y Ministros, Miguel Díaz-Canel, a Bruselas, donde dialogó con la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini. La llegada a Cuba de los presidentes de Panamá, Argentina, Colombia y Serbia, el primer ministro de Italia Matteo Renzi; los cancilleres de Japón, México y los Emiratos Árabes Unidos, etc. Más los múltiples encuentros y visitas de trabajo con las secretarías del gobierno, senadores, representantes y gobernadores estadounidenses, y otros empresarios de ese país.
(29) El diario Granma publicó, recientemente, los primeros ocho usuarios de la ‘Zona Especial Mariel’, con cinco empresas de capital 100 % foráneo, dos cubanas y una mixta, destacándose las corporaciones de México, España, Bélgica, Brasil, Singapur y Estados Unidos. No se mencionó, como en otras ocasiones, a compañías chinas y rusas. Presentan a los primeros ocho usuarios de la Zona Especial Mariel, Granma, La Habana, viernes, 6 de noviembre de 2015, p. 2.
(30) La tasa de formación bruta de capital en Cuba bajó de 10.9 a 7.6 % en los últimos cinco años, obligando a la liquidación de la deuda externa vencida en un 27 % de su valor total, según estimados internacionales, lo que hizo inaplazable su pago, iniciándose un proceso de saneamiento de las finanzas internas y externas. La refinanciación de la deuda externa por algunos países e instituciones bancarias es positivo, aunque su reciclaje futuro es un escenario real, ante la necesidad de créditos, preferiblemente con bajos intereses, e inversiones de capital, en instantes en que la economía nacional está afectada por los ya mencionados bajos precios de sus materias primas y la difícil ubicación de los avanzados productos médicos, farmacéuticos y de la biogenética en el mercado internacional, dado el predominio de las poderosas transnacionales capitalistas. José Luis Rodríguez Valoraciones externas sobre la inversión extranjera en Cuba, Cubadebate, tomado originalmente de Cuba contemporánea (digital), 5 de noviembre de 2015.
(31) Estas limitaciones para la capacidad de absorción de la inversión extranjera en Cuba, fueron enunciados por Fulton Amstrong, economista de la American University, coincidiendo, en parte, con las apreciaciones de la CEPAL. Idem.
(32) Jesús Arboleya Una aproximación a las nuevas medidas tomadas por Obama, Progreso Semanal (digital), EE.UU., 20 de septiembre de 2015.
(33) Luis Toledo Sande Porque si está la bandera…, Cubadebate, 16 de octubre de 2015.
(34) Acerca de diversos criterios sobre lo que distingue y define al dirigente político socialista; los mecanismos que aseguran la comunicación entre dirigentes-dirigidos; el peso que da el dirigente a la construcción del consenso y el significado de construir el mismo; entre otras problemáticas, puede leerse Hacer política socialista: un simposio, revista Temas, No. 78, abril-junio 2014, pp. 4-18. Cuba. ¿Actualización del modelo o reforma del Estado?, en Cuba Posible, (digital), 1 de junio de 2015.
(35) Gilberto Valdés Gutiérrez Algunos referentes para soñar y pensar a Cuba, @RevistaTemas, 25-04-2013, http://www.temas.cult.cu/catalejo/economia/Gilberto_Valdes.pdf.
(36) Pablo González Casanova Las nuevas ciencias y las humanidades, De la Academia a la Política, Anthropos Editorial, México, 2004.
*Doctor Orlando Cruz Capote, Investigador Auxiliar, Instituto de Filosofía, CITMA, Cuba
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